Recuperación de ecosistemas costeros a través de un turismo sostenible en República Dominicana
El proyecto “Actividades
para la conservación costera y restauración de la biodiversidad impulsadas por el sector
turístico en República Dominicana” presentó sus alcances y resultados en un evento donde
se conocieron los desafíos que enfrentan actualmente los ecosistemas marino-costeros y las
acciones que se llevan adelante en el país para contrarrestar impactos ambientales que
podrían afectar al sector turístico y la vida humana en general.
La iniciativa se lleva adelante gracias a una alianza pública-privada entre la Cooperación
Alemana para el Desarrollo, GIZ, y Grupo Iberostar, con el apoyo del Ministerio de Ambiente
y Recursos Naturales. Además, esta colaboración es fomentada a través del programa
develoPPP para iniciativas empresariales sostenibles, que implementa la GIZ por encargo
del Ministerio Federal Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ).
Los ecosistemas marino-costeros en República Dominicana son un recurso de vital
importancia para el sector turístico, las comunidades costeras y la salud medioambiental en
el país. Por eso este proyecto busca contribuir con la conservación y restauración de estos
ecosistemas y sus servicios mediante soluciones basadas en la naturaleza, garantizando la
sostenibilidad del sector turístico nacional, el cual representa un 8% del PIB del país.
Svenja Paulino, directora del Portafolio Biodiversidad y Negocios en América Central y
República Dominicana, considera que la participación del sector privado en la conservación
de la biodiversidad es clave y agrega: “solo a través de las alianzas público-privadas se
pueden concretar iniciativas capaces de movilizar recursos, introducir innovaciones,
fomentar el desarrollo económico local y promover prácticas sostenibles a nivel empresarial
que contribuyan con la protección y conservación de los ecosistemas marinos. Las buenas
prácticas y la investigación científica podría ser la clave para la conservación de los servicios
ecosistémicos, de los cuales depende el turismo”.
Las Islas del Caribe, entre ellas República Dominicana, son particularmente vulnerables a
los impactos del cambio climático; el aumento del nivel del mar, el incremento en la
frecuencia e intensidad de eventos climáticos y el incremento de la temperatura de los
océanos. Estas particularidades amenazan con alterar drásticamente la línea costera del
país con consecuencias no solamente para el sector turístico y su infraestructura, sino
también para la biodiversidad y la resiliencia del país.
Este proyecto busca aplicar soluciones concretas que ayuden a la subsistencia de los
arrecifes de coral y manglares, los cuales son reconocidos por su potencial de mitigación y
adaptación al cambio climático, y por desempeñar un importante papel socioeconómico.
Estos ecosistemas en el último tiempo han sufrido impactos a nivel local, como la
contaminación y la deforestación en caso de los manglares; y a nivel global, como el cambio
climático, por lo que realizar acciones para su protección resulta urgente.
Para garantizar el objetivo que persigue este proyecto y promover la sostenibilidad de los
ecosistemas marinos, se estableció un programa de restauración activa de corales y
manglares en Puerto Plata, Bávaro y Bayahíbe. Las acciones se realizan con una base
científica, teniendo en cuenta la importancia de la variabilidad genética y en el caso
particular de los corales, la tolerancia al aumento de la temperatura.
Para una mayor efectividad y alcance en los resultados de esta iniciativa, se requirió
también la coordinación con múltiples actores, por lo que se realizaron acciones para
involucrar no sólo a la empresa privada relacionada al sector turístico, sino también a las
comunidades locales, grupos sociales y sociedad civil que dependen de los ecosistemas
costeros y que tienen una participación clave en la conservación y restauración de la
biodiversidad.
Entre los principales ejes temáticos que aborda esta iniciativa están las soluciones basadas
en la naturaleza para fortalecer la resiliencia ante el cambio climático, el intercambio de
conocimientos y el fortalecimiento de capacidades en actores regionales que dependen de
estos ecosistemas. Por último, el desarrollo de lineamientos para una restauración costera
que marque el camino hacia un modelo de turismo sostenible; este último punto contó con el
apoyo del Ministerio de Turismo que utilizará dichos insumos para la elaboración de
estrategias y planes nacionales.
Actualmente, los arrecifes del Caribe luchan contra dos problemas principales que
condicionan su sobrevivencia, el primero es el blanqueamiento de corales, combatido a
través de esfuerzos de mitigación relacionados a la variabilidad genética y la tolerancia al
estrés térmico. El segundo problema es la enfermedad de pérdida de tejido de coral duro
(SCTLD), que afecta a más de 20 especies de coral y está presente en arrecifes de 18
países del caribe, una cifra que alarma a los especialistas.
Gracias a los esfuerzos de mitigación, actualmente se han instalado viveros en Puerto Plata,
Bávaro y Bayahíbe, y se ha logrado un repositorio de 41 genotipos distintos de 9 especies
de coral con una supervivencia del 91%. También, se logró una importante restauración de
manglares con una mortalidad de tan solo un 8%, lo que demuestra la capacidad de
recuperación del ecosistema.
Este proyecto además promovió el desarrollo de capacidades a través de intercambios
regionales con representantes de ONG, el sector público y empresas privadas. También se
impartieron capacitaciones y se llegó a miembros de la comunidad a través de actividades y
charlas para generar sensibilización y compromiso local.
El proyecto “Actividades para la conservación costera y restauración de la biodiversidad
impulsadas por el sector turístico en República Dominicana” muestra un modelo de acción
ejemplar y replicable a nivel regional. La ciencia, la colaboración de múltiples actores y la
implementación de soluciones basadas en la naturaleza pueden generar resultados
tangibles en la lucha por la conservación de la biodiversidad; además, el compromiso del
sector privado con la investigación científica no solo garantiza el desarrollo del sector
turístico a nivel nacional, sino también el futuro de los ecosistemas marino-costeros.

