Radhamés Silverio Céspedes: Análisis de la Producción Ovino-Caprina en República Dominicana

Radhamés Silverio Céspedes, médico veterinario y exdirector general de Ganadería, del Consejo Nacional de Producción Pecuaria (CONAPROPE) y de la Escuela de Zootecnia de la UASD, ofrece un análisis exhaustivo sobre la producción de ovinos y caprinos en República Dominicana. Según Céspedes, la capacidad de estos animales para aprovechar pastos y forrajes les permite una alimentación barata, resultando en un costo de producción bajo para su carne. “Este tipo de producción es rentable y favorece no solo la economía, sino también la cultura y antropología de la región,” afirmó Céspedes.

En el contexto dominicano, la producción ovino-caprina aún no ha alcanzado su potencial empresarial. Céspedes destaca que la carne de chivo es más cara que la de cerdo y pollo debido a su condición de producto gourmet. A nivel de consumo, la carne de pollo lidera el mercado, seguida por la de res y cerdo, mientras que el chivo y el cordero ocupan el cuarto lugar.

Céspedes señala que la producción ovino-caprina es favorable en la República Dominicana debido a la habilidad de estos animales para el pastoreo, lo cual reduce significativamente los costos de producción. Sin embargo, enfatiza que para aumentar la producción se requiere una combinación de genética, manejo adecuado y sanidad. “La alimentación nacional basada en pastos y desechos agroindustriales es fundamental para mantener los costos bajos y asegurar la rentabilidad,” agregó.

El experto también comparó la producción de aves y bovinos, indicando que mientras la avicultura depende completamente de la importación de alimentos, la producción bovina se sostiene principalmente con recursos locales. A pesar de ello, subraya la necesidad de apoyo gubernamental en términos de genética y financiamiento para mejorar la producción ovino-caprina.

Céspedes concluyó haciendo un llamado al gobierno y a los productores a retomar la inversión en el campo y a planificar la producción de manera eficiente. “La soberanía y seguridad alimentaria dependen de la producción agropecuaria, y es momento de que los gobiernos reconozcan y apoyen este sector esencial,” finalizó.