Julio Hazim: “La diplomacia se fue a la porra y la política ya es personal”

Julio Hazim reflexionó sobre la pérdida del sentido tradicional de la diplomacia en el mundo y cómo las relaciones internacionales han pasado a depender de afinidades personales entre los líderes, más que de principios institucionales o doctrinas políticas.

Hazim señaló que fenómenos como el regreso al poder de Donald Trump en Estados Unidos y Lula da Silva en Brasil demuestran una era en la que las alianzas y los conflictos se definen más por relaciones individuales que por ideologías o políticas de Estado.

“La diplomacia se ha ido a la porra —dijo—. Hoy las relaciones internacionales dependen de lo personal. Trump puede ser aliado de Putin, pero al mismo tiempo sostiene a la OTAN.”

Política exterior y liderazgo personalista

Hazim explicó que tanto en América Latina como en otras regiones, los mandatarios actuales se comportan de manera más emocional y directa, sin filtros diplomáticos, lo que ha desdibujado los canales tradicionales de negociación y cooperación.
Puso como ejemplo el caso de Estados Unidos y Brasil, donde Trump intercedió por Jair Bolsonaro, pese a las relaciones formales con el gobierno de Lula. “Eso ya no es diplomacia —dijo—, eso es amistad política personal.”

También analizó cómo la postura de países como México, Canadá, Perú o Chile varía según la coyuntura comercial o los intereses momentáneos frente a Washington, evidenciando la pérdida de coherencia en los bloques regionales.

Inteligencia artificial y crisis del análisis político

En tono irónico, Hazim comentó que la inteligencia artificial podría desplazar incluso a los analistas políticos, dada la volatilidad y contradicciones del mundo actual:

“De las 40 profesiones que dicen van a desaparecer, una es la del analista político. Ya eso hay que olvidarse de eso, porque es imposible interpretar lo que está pasando.”

Junto a sus panelistas, reflexionó sobre cómo la IA puede influir en la redacción de discursos, programas de gobierno y encuestas, advirtiendo que también puede ser programada con sesgos políticos o ideológicos.

“La inteligencia artificial no es autónoma; tiene agentes, intereses y fuentes que la alimentan”, dijo, subrayando el riesgo de manipulación en el uso de estas herramientas.

“La política ya es personal”

Hazim afirmó que los vínculos personales han reemplazado los compromisos institucionales tanto en la diplomacia como en la política local. “Hoy los presidentes gobiernan con WhatsApp, con simpatías y lealtades personales. La política ya no es de Estado, es de carácter”, expresó.

Su comentario final fue una mezcla de crítica y resignación:

“El mundo cambió. Las relaciones se manejan más por afinidades que por principios. La diplomacia se fue a la porra, y la política, sencillamente, se volvió personal.”