Julio Hazim analiza el vacío de liderazgo político y el escenario electoral hacia 2028

Julio Hazim advirtió que República Dominicana enfrenta un vacío de liderazgo político de cara al proceso electoral del año 2028, señalando que la actual generación de aspirantes carece de la fuerza y trascendencia de figuras históricas como Balaguer, Bosch o Peña Gómez.

Durante su comentario en La Revista 110, Hazim destacó que el panorama político actual muestra una multiplicidad de precandidatos, pero pocos con una visión sólida de Estado o con el carisma necesario para aglutinar al electorado.

“Hoy cualquiera se siente con derecho a aspirar, pero en los tiempos de Bosch o Balaguer nadie se habría atrevido a presentar una candidatura sin una trayectoria ni un liderazgo real”, afirmó.

Hazim repasó uno a uno los nombres que podrían figurar en el escenario de 2028, mencionando a Leonel Fernández, Carolina Mejía, Guido Gómez Mazara, Domínguez Brito, Francisco Javier García, Omar Fernández, David Collado, entre otros. Consideró que Fernández sigue siendo el político más preparado para gobernar “porque conoce el Estado y puede formar gabinete desde antes de llegar”, mientras que reconoció en Carolina Mejía “una dirigente que se prepara día a día con disciplina y cercanía”.

En cuanto a Guido Gómez, lo definió como “un político con gran conocimiento interno del país, ideal para el momento actual”, y sobre Omar Fernández señaló que “tiene proyección y cuenta con el peso de su padre, pero deberá demostrar autonomía”.

El analista también advirtió que la falta de liderazgo en los partidos tradicionales podría abrir espacio a figuras empresariales con recursos y capacidad de gestión.

“Si el empresariado decide apoyar a uno de los suyos, podría surgir un candidato como Manuel Estrella, Pedro Brache o González Cuadra. Si se lo proponen, ganan con facilidad: tienen capacidad, recursos y no van al poder a buscar dinero”, planteó.

Hazim concluyó su comentario afirmando que la política dominicana debe renovar su liderazgo sin perder ética ni coherencia, y remarcó su lema personal:

“Tengo amigos, pero no cómplices. El silencio ante la injusticia también es complicidad.”