Víctor Santos, facilitador del Ministerio de Interior y Policía, destaca esfuerzos para prevenir el crimen y la violencia en las escuelas dominicanas
Víctor Santos, facilitador del Ministerio de Interior y Policía, detalló los esfuerzos que se están llevando a cabo en las escuelas públicas dominicanas para prevenir el crimen, la violencia, el embarazo adolescente y el consumo de drogas. Santos, quien lleva más de 19 años trabajando con jóvenes en centros educativos, explicó que desde hace dos años y medio, su equipo, bajo la dirección de la viceministra Ángela Jaques, ha estado desarrollando charlas de prevención en diversas instituciones.
Según Santos, el objetivo principal de estas charlas es educar a los jóvenes, especialmente a aquellos en edades de secundaria (de 12 años en adelante), sobre los peligros de la violencia, las pandillas, el consumo de sustancias controladas y el embarazo en la adolescencia. “Estamos trabajando principalmente en centros educativos públicos, y ya hemos impactado entre 60 y 70 escuelas”, destacó.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan es la deserción escolar, un fenómeno que ha alcanzado niveles preocupantes. Santos explicó que, aunque existen iniciativas como los programas de desayuno escolar y becas, las causas de la deserción son múltiples, desde problemas económicos hasta la influencia de las redes sociales que promueven el dinero rápido y las malas influencias. “El crimen como estilo de vida es un flagelo creciente. Para muchos jóvenes, el delito no es visto como algo negativo, sino como una forma de ganarse la vida”, señaló.
El trabajo de Santos también incluye la colaboración con instituciones como el Consejo Nacional de Drogas y la Dirección Antipandillas de la Policía Nacional. Además, el programa que lidera fomenta la creación de “Clubes de Paz” en las escuelas, un espacio donde los estudiantes más avanzados pueden ayudar a sus compañeros a terminar sus estudios y comportarse adecuadamente.
Uno de los temas que Santos abordó fue el alcoholismo en los jóvenes, destacando que este fenómeno se ha intensificado debido a la cultura de normalización del consumo de alcohol en la sociedad dominicana. “Muchos jóvenes no beben por curiosidad, sino por hábito, debido a la influencia de su entorno familiar y social”, comentó.
En cuanto al impacto de las charlas, Santos aseguró que, aunque es difícil medir el cambio inmediato, cualquier joven que asimile el mensaje es un éxito. “De una charla, si un solo niño asimila lo aprendido, eso ya es un éxito”, expresó.
A pesar de los desafíos logísticos y la falta de recursos, Santos destacó la importancia de seguir trabajando con las comunidades más vulnerables. “Estamos dispuestos a ir a cualquier rincón del país, incluso en las fronteras, para continuar con nuestra misión”, afirmó.
El facilitador también subrayó la necesidad de una mayor colaboración con el Ministerio de Educación para que estos programas se implementen de manera más estructurada en las escuelas. Aunque actualmente no cuentan con apoyo directo del ministerio, Santos confía en que con el tiempo se podrá lograr una mayor integración de estos programas educativos en el currículo escolar.
Finalmente, Santos hizo un llamado a la sociedad en general, destacando que el cambio comienza en el hogar y que todos debemos colaborar para evitar que los jóvenes se vean atrapados en círculos de violencia y crimen.