Teniente dominicano demanda al NYPD por destituirlo alegando que hablaba mucho español con sus empleados

Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK._ El teniente dominicano de la policía de Nueva York (NYPD), Junior S. Carela está demandando al departamento de la uniformada por haberlo destituido como jefe de la Unidad de Investigación Civil alegando sus superiores que hablaba demasiado español con los empleados bajo su mando.

Carela, cuyo abogado John Scola, especialista en litigios laborables calificó la destitución como racista añadiendo que el oficial fue transferido abruptamente por sus jefes a comienzos de este año a un trabajo de bajo perfil en el que no tiene los mismos beneficios ni el sueldo que ganaba en el puesto anterior.

El teniente llevaba cuatro años dirigiendo la división y en una entrevista con el tabloide NY Post que publicó en exclusiva la historia, explicó que no solo apoyaba a los hispanos, sino también de otras razas e hizo todo lo posible para asegurarse de que hubiera empleados a su alrededor que hablaran varios idiomas para que pudieran evaluar adecuadamente a los candidatos de otras culturas y darles la oportunidad de empleos civiles en el NYPD.

En la demanda sometida en la Corte Suprema Estatal de Manhattan, Carela relata que fue convocado a una reunión el 16 de marzo y le dijeron que iba a ser destituido como comandante de la unidad debido a que hablaba español con los empleados de la oficina.

“En 21 años, esta es la primera vez que escucho algo así”, dijo Carela, de 46 años.

Carela, quien se ha abierto camino a través de las filas del NYPD en Manhattan y El Bronx desde 2002, dijo que estaba conmocionado por el edicto y la transferencia a la Unidad de Detalles Pagados sin responsabilidad de supervisión que resultaría en menos posibilidades de ascenso o un salario más alto.

Dijo que sus jefes lo sacaron de la unidad que dirigía con el pretexto de que hablaba mucho español.

“Especialmente los limpiadores de bajo rango, los guardias de cruce escolar, las personas que en realidad están muy limitadas cuando se trata de hablar inglés”, dijo. “Tengo gente que habla bengalí. Tengo gente que habla ruso”, señaló al referirse a la diversidad de empleados que dirigía en la unidad.

“Nosotros hacemos las investigaciones de antecedentes”, dijo Carela, quien solo había recibido críticas de alabanzas en el tiempo que estuvo al frente de su antigua unidad.

Se enroló en el NYPD en 2002 y obtuvo las más altas calificaciones como oficial al mando de la unidad que dirigía.

Reside en el vecindario Arverne en Queens, y tiene una hija de 14 años. Dice creer que sus jefes estaban enojados porque se quejaba de no haber obtenido un ascenso discrecional a teniente de asignación especial.

El ascenso garantiza $15,000 adicionales en salario base y $10,000 más en horas extras a los tenientes que no están en puestos de investigación.

“Me pusieron tres veces”, dijo sobre el ascenso discrecional que requiere una referencia de un jefe. “Tengo evaluaciones perfectas. Soy parte de un pequeño porcentaje de tenientes que tienen un título de posgrado”.

Afirmó que el proceso de ascenso en sí mismo es discriminatorio, citando el bajo porcentaje de tenientes hispanos promovidos al puesto.

Los oficiales hispanos representaron el 22.56% del total de tenientes del NYPD en 2021, pero solo el 12.63% de los rangos de sus de asignación especial, muestran los datos de la ciudad.

Calificó de estúpido el argumento de que hablaba español agregando que lo que ocurrió fue que no quisieron darle el ascenso.

Carela dijo que esperaba retirarse de la unidad pero fue trasladado a la Unidad de Detalles Pagados, que administra el trabajo de seguridad de los policías fuera de servicio.

La demanda, que busca daños no especificados, también nombra como acusados a los dos superiores de la policía que lo transfirieron.

“Los mismos altos mandos del Departamento de Policía de Nueva York que degradaron al teniente Carela por hablar español son responsables de determinar quién recibe ascensos discrecionales”, dijo su abogado. “Sus declaraciones abiertamente racistas explican las enormes discrepancias estadísticas por raza en los ascensos”.