Rusia inaugura embajada en República Dominicana ante cautela de EE.UU. y mirada crítica de analistas

En una movida que redefine el tablero geopolítico en el Caribe, la República Dominicana recibirá este martes 30 de abril al canciller ruso Serguéi Lavrov, quien encabezará la inauguración de la primera embajada oficial de la Federación Rusa en el país, coincidiendo con la conmemoración de los 80 años de relaciones diplomáticas entre ambas naciones. La visita ha despertado el interés de Estados Unidos y generado debate sobre las implicaciones de esta nueva presencia.

La analista política Greysis de la Cruz, en su intervención en la Revista 110, destacó que este acontecimiento obedece a una decisión “geoestratégica y geopolítica” del Kremlin en un contexto internacional marcado por la guerra en Ucrania y el quiebre de viejas alianzas regionales. Señaló que, tras el distanciamiento entre Venezuela y República Dominicana, Moscú ha optado por establecer una representación directa en Santo Domingo, lo que sugiere un reacomodo de sus canales diplomáticos y consulares en el Caribe.

“Es una jugada de oportunidad. Mientras Estados Unidos amplía su influencia en la región con proyectos como el del senador Adriano Espaillat, que refuerza la lucha antidrogas en la cuenca del Caribe, Rusia afianza presencia diplomática en un punto geoestratégico”, expresó De la Cruz.

Subrayó que aunque República Dominicana ha mantenido una postura prudente en materia de política exterior, la llegada de un embajador ruso—sin que actualmente exista uno estadounidense designado—genera interrogantes sobre el equilibrio de influencias en el país.

Además del componente diplomático, la iniciativa abre puertas al restablecimiento de vínculos turísticos. Antes del conflicto en Ucrania, el país recibía cerca de 180,000 visitantes rusos al año, lo que representa una potencial área de recuperación económica.

“Putin es un líder sagaz. Sabe cuándo y dónde moverse”, remató De la Cruz, no sin ironía, al plantear: “¿Vendrán los espías rusos a vacacionar o a trabajar?”

La instalación de la embajada rusa marca un hito en la política exterior dominicana y podría reconfigurar las relaciones con los actores globales en un Caribe cada vez más disputado.