Ramón Santos: “Uno cosecha lo que siembra, hasta en la agropecuaria y en la política”
Ramón Santos dedicó su espacio en Revista 110 a una emotiva reflexión personal y social que entrelazó la agropecuaria, el rol de la familia, la ética en la política y los desafíos de la democracia dominicana. A diferencia de sus habituales análisis técnicos del sector agrícola, Santos explicó que “hoy no quise escribir, como decía Leonardo Favio: ‘Hoy no quiero cantar’”, en alusión a que su intervención tenía un carácter especial y más humano.
Santos relató con orgullo el gesto de sus nietos, quienes al verlo aún tomando notas en papel para preparar sus intervenciones televisivas, decidieron regalarle una iPad: “Eso para mí es una cosecha, como todo agricultor, uno siembra valores y luego ve cómo los nietos le devuelven ese cariño”, expresó con emoción.
Durante su comentario, también reflexionó sobre la percepción negativa generalizada hacia la sociedad actual, invitando a destacar los avances y talentos emergentes, especialmente entre los jóvenes. “No todo está perdido. Mis nietos tocan piano, violín… cosas que antes eran impensables. Hay mucha luz también en esta generación.”
En otro tramo de su intervención, Santos abordó el papel de los medios, el deterioro del merengue, y la influencia de la diversidad musical, señalando que el ritmo nacional ha perdido protagonismo en parte por la evolución natural de los gustos, más que por la simple saturación de comentarios radiales.
Aprovechó para hacer una defensa de la integridad y estilo del comunicador Julio Hazim, destacando que nunca ha usado su influencia para pedir favores políticos, y que su comportamiento ha servido de escuela en términos de ética en el manejo del poder. “Julito no pide nombramientos ni usa su nombre para conseguir cargos. Aquí se trabaja por méritos, y eso es algo que siempre he respetado.”
Santos también valoró como un “hecho trascendental” la reciente reunión entre el presidente Luis Abinader y el expresidente Danilo Medina. Consideró que estas conversaciones deben ser vistas como señales de madurez política, y no objeto de especulación: “Ojalá se repita con Leonel Fernández. Ellos saben más de lo que nosotros imaginamos. Si se ponen de acuerdo en ciertas cosas, podrían cambiar el rumbo del país.”
En su conclusión, lanzó una crítica estructural al sistema democrático dominicano y global, señalando que la deuda social persiste en las áreas de educación, salud y vivienda. Planteó que no habrá verdadera autoridad ciudadana mientras las campañas políticas dependan del financiamiento privado: “Hasta que el pueblo no financie directamente las campañas, no tendrá el poder para exigir. El sistema delega la autoridad en minorías económicas.”

