Presas de cola: bombas de tiempo que amenazan con contaminar ríos y cultivos
El científico norteamericano Dr. Steven H. Emerman, experto en recursos hídricos, y Fernando Peña, coordinador del Observatorio de Políticas Públicas de la UASD, alertaron sobre el grave peligro ambiental que representan las presas de cola de la minera Barrick Gold en Pueblo Viejo, Cotuí.
Durante el Congreso Nacional del Agua y la Vida, Emerman explicó que la actual presa de cola El Llagal ya se encuentra prácticamente saturada y que la minera pretende construir otra tres veces más grande, lo que multiplicaría el riesgo de colapso. “Una presa de relaves no es como una presa de agua: nunca se puede desmantelar, requieren mantenimiento para siempre. Sin ese cuidado, su colapso es inevitable”, advirtió.
Según sus estudios, por cada tonelada de oro refinado se generan más de tres millones de toneladas de desechos tóxicos entre roca estéril y relaves químicos. De colapsar una presa de este tipo, los contaminantes podrían recorrer la cuenca del río Yuna hasta la bahía de Samaná, afectando cultivos, pesca y comunidades enteras.
Peña denunció que la empresa busca evitar la alternativa más segura y menos costosa: rellenar los tajos abiertos con los desechos. “Barrick quiere mantener esos tajos disponibles para una futura explotación, aunque eso implique un daño irreversible al país”, afirmó.
El Dr. Emerman recordó que, a nivel mundial, existen antecedentes de catástrofes por colapsos de presas de cola, como el caso de Rumanía en 2000, donde una filtración de cianuro devastó la vida acuática en cientos de kilómetros del río Danubio.
Ambos coincidieron en que la discusión sobre la minería en República Dominicana debe trascender lo económico y enfocarse en la seguridad hídrica y la salud de las comunidades. “El oro puede cotizarse a tres mil dólares la onza, pero lo que está en juego es la vida de la gente y el futuro del agua”, sentenció Peña.