Neuróloga Ana Robles: “Llorar más de nueve minutos afecta el cerebro y las conexiones neuronales”

En medio de un contexto social marcado por el estrés colectivo y el duelo nacional, la neuróloga Ana Robles advirtió que el llanto prolongado —más allá de nueve minutos continuos— puede provocar daños significativos en el cerebro debido al alto consumo de energía que exige esa emoción.

Durante su intervención en el programa Revista 110, la especialista explicó que “la tristeza, y en particular el llanto, es la emoción que más consume energía cerebral y puede afectar las conexiones neuronales si se extiende por mucho tiempo”. Según Robles, pasar el umbral de los nueve minutos continuos llorando puede alterar la actividad de neurotransmisores excitatorios y generar un impacto negativo en los circuitos cerebrales.

La doctora hizo un llamado a no reprimir las emociones en el momento agudo del trauma, pero aclaró que el acompañamiento debe orientarse a una gestión adecuada del duelo para evitar que evolucione hacia cuadros crónicos de estrés postraumático (TEP). “En los primeros días se debe permitir que las personas se expresen libremente, sin juicios ni restricciones. Lo incorrecto es inhibir ese proceso con medicamentos o frases como: ‘No llores tanto, eso no te ayuda’”, recalcó.

Robles subrayó que el TEP no afecta solo a víctimas directas, sino también a rescatistas, personal médico, psicólogos e, incluso, familiares o ciudadanos que fueron impactados indirectamente por tragedias recientes. Explicó que el estrés postraumático puede manifestarse con insomnio, angustia, evitación, alteraciones cognitivas y reacciones físicas como taquicardia, sudoración e irritabilidad.

En cuanto al abordaje terapéutico, recomendó que la primera línea de atención debe incluir psicólogos especializados en terapia cognitivo-conductual. Advirtió que los psiquiatras no deben recetar benzodiacepinas en la etapa aguda del trauma y que, si se requiere intervención médica, los betabloqueadores serían más adecuados por su efecto sobre el sistema nervioso.

La doctora también destacó el potencial de la inteligencia artificial en tratamientos de desensibilización, permitiendo recrear virtualmente escenarios traumáticos sin exponer al paciente a un riesgo real, lo cual facilita la recuperación progresiva.

Finalmente, agradeció el reconocimiento que recibió de la Revista 110 con el “Guante de Oro” por su labor educativa y humanitaria, y cerró con una frase que provocó aplausos en el estudio: “Yo voy a decir como decía mi profesor Mario Tolentino… yo me lo merezco”.

Con su intervención, Ana Robles dejó claro que el cuidado emocional no es un lujo, sino una necesidad urgente en tiempos de crisis.