Los 100 días del nuevo Pleno de la Cámara de Cuentas: Andrés Terrero respalda reestructuración y exige transformación profunda
Al cumplirse los primeros 100 días de la nueva gestión de la Cámara de Cuentas, el economista y exmiembro del organismo, Andrés Terrero, ofreció un extenso comentario en el programa Revista 110, en el que valoró positivamente la apertura institucional del pleno encabezado por la presidenta Emma Polanco, al tiempo que llamó a una transformación estructural profunda para rescatar la credibilidad de la entidad fiscalizadora del Estado.
Terrero calificó como “dantesca” la descripción hecha por la actual presidenta sobre las condiciones encontradas en la Cámara de Cuentas, que incluyen 249 auditorías inconclusas —algunas apenas iniciadas y otras finalizadas pero nunca presentadas— así como un clima laboral deteriorado, falta de tecnología y ausencia de controles adecuados.
Recordó que durante su gestión se encontraron 255 auditorías sin revisar, y se conformaron comisiones regionales encabezadas por contadores públicos autorizados para depurarlas y emitir informes públicos. “Los legisladores no se enteraron, pero nosotros hicimos públicas esas conclusiones en su debido momento”, puntualizó.
Sobre el desempeño del nuevo pleno, reconoció la experiencia técnica del director de auditoría, Fabio Roa, y valoró que se haya emitido recientemente una opinión sin salvedades sobre el Ministerio de Vivienda, destacando que ese tipo de dictamen representa un logro técnico, aunque no exento de observaciones o debilidades que deben ser corregidas.
Terrero también hizo énfasis en la necesidad de fortalecer el control interno del Estado, función que atribuyó a la Contraloría General de la República, la cual —a su juicio— ha estado usurpando competencias de la Cámara de Cuentas. Cuestionó que el control interno no esté cumpliendo su rol, y defendió que la fiscalización debe hacerse con base en principios técnicos y no como instrumento de persecución.
Otro punto clave de su intervención fue la propuesta de establecer mecanismos de revisión entre pares (“peer review”) con entidades fiscalizadoras superiores de otros países, como las cámaras de cuentas de Panamá, Singapur o Estados Unidos. “Eso fortalecería la calidad técnica de las auditorías y transparentaría la gestión del órgano fiscalizador”, señaló.
Finalmente, reconoció que la Cámara de Cuentas ha sido históricamente “un lastre para el Estado dominicano”, incluyendo gestiones pasadas, y expresó su esperanza en que la nueva administración pueda revertir esa tendencia:
“Confío en que Emma Polanco, Fabio Roa y el nuevo pleno tengan el compromiso y la capacidad para transformar esta institución. Ojalá no volvamos a decepcionarnos.”
Terrero concluyó afirmando que los mandatos de los órganos fiscalizadores no deberían estar limitados a solo cuatro años, proponiendo que se consideren períodos más largos, como ocurre en otros países, donde los titulares duran hasta 15 años para garantizar continuidad y autonomía en la fiscalización.