Julio Hazim Reflexiona sobre la Capitalización y Privatización de Empresas Estatales en la República Dominicana

Julio Hazim reflexionó sobre los procesos de capitalización y privatización de empresas estatales en la República Dominicana, particularmente en el sector azucarero, que fueron implementados a finales de los años 90. Hazim destacó las decisiones tomadas durante los gobiernos de Leónel Fernández e Hipólito Mejía para reducir la carga económica de las empresas estatales, como parte de una estrategia para mejorar la eficiencia del sector público. A pesar de las buenas intenciones, Hazim cuestionó si valió la pena ceder un patrimonio significativo del Estado, como tierras y empresas productivas, al sector privado.

Uno de los puntos más relevantes de su análisis fue la situación del Consejo Estatal del Azúcar (CEA). Aunque el proceso de privatización parecía ser una solución para el manejo ineficiente de las plantaciones y las deudas de las empresas estatales, Hazim sugirió que muchas de las tierras, incluso las de los ingenios más productivos, aún permanecen bajo control del Estado, pero son gestionadas por empresas privadas. En este sentido, el caso del ingenio Porvenir fue citado como un ejemplo de cómo algunas empresas privatizadas, como la de Barahona y Montellano, no fueron completamente transformadas, y algunos ingenios incluso cerraron.

Además, Hazim criticó la falta de transparencia en torno a los resultados de estas privatizaciones, destacando que el proceso no fue acompañado de suficiente información para la ciudadanía. Puso en evidencia que las subastas y las inversiones extranjeras, especialmente las de empresas mexicanas, no siempre fueron exitosas, y muchos de estos proyectos dejaron las tierras del Estado prácticamente abandonadas o sin los beneficios esperados. En el contexto actual, el CEA sigue funcionando, y se informó que se están entregando préstamos a colonos azucareros, lo que demuestra que algunas estructuras estatales, aunque privatizadas, siguen siendo relevantes en la economía nacional.

Finalmente, Hazim concluyó que el proceso de privatización, aunque necesario en muchos casos, no fue suficientemente claro en sus objetivos a largo plazo, dejando dudas sobre si realmente contribuyó al desarrollo económico del país o si, por el contrario, se trató de una medida más dirigida a solucionar problemas inmediatos sin contemplar las consecuencias a futuro.