Empresas familiares: el protocolo para sobrevivir. El hijo más talentoso debe dirigir

Las empresas familiares representan entre el 85% y 90% del tejido empresarial en la República Dominicana, desde pequeños negocios hasta grandes conglomerados. Sin embargo, su permanencia en el tiempo enfrenta un gran reto: de cada 100 que nacen, 70 desaparecen en la segunda generación y apenas 10 logran llegar a la tercera, según explicó la consultora y profesora universitaria Mary Cruz López, experta en desarrollo de empresas familiares.

“El problema principal no es el tamaño, sino los conflictos familiares. Muchas mueren porque los intereses de los hijos y parientes políticos se imponen sobre la visión empresarial”, afirmó López durante un conversatorio sobre el impacto económico y social de este tipo de negocios.

La especialista subrayó que la herramienta clave para garantizar continuidad es el protocolo familiar, un documento que define reglas claras sobre sucesión, roles, toma de decisiones y manejo de utilidades. “La empresa no puede funcionar como familia; necesita funcionar como empresa. El relevo generacional debe recaer en el hijo o hija más talentoso y capacitado, no en el mayor ni en el favorito del padre”, puntualizó.

Casos históricos como Corripio, Vicini o Rainieri muestran que las grandes fortunas también nacieron bajo este esquema, aunque la mayoría de las empresas familiares en el país se concentran en el segmento de pymes, desde farmacias y talleres hasta oficinas profesionales.

Además de la profesionalización de la gestión, López recomendó separar los sentimientos de las decisiones empresariales y, en casos de conflicto, recurrir a administradores externos para garantizar la estabilidad. “El legado se conserva cuando se entiende que lo más importante no es heredar un pleito, sino un proyecto sostenible para las siguientes generaciones”, concluyó.

porque hay un puente roto, en la vida también hay que escuchar la experiencia para evitar tropiezos”, concluyó.