Ing. Oliverio Espaillat destaca avances que permiten producir más arroz con menos mano de obra

El especialista en arroz Oliverio Espaillat explicó que la mecanización y las nuevas tecnologías aplicadas al cultivo han transformado completamente la producción arrocera en República Dominicana, permitiendo mayores rendimientos con una reducción significativa de mano de obra. Durante su participación en la Revista Agropecuaria Nacional, Espaillat ofreció un recorrido histórico desde los años 30 hasta las técnicas más modernas usadas hoy en día.

Recordó que en las décadas de 1930 y 1940 el arroz consumido en el país era mayormente importado y se sembraba de forma artesanal en pequeñas áreas. La expansión comenzó con la construcción de canales de riego impulsada por el gobierno de Rafael Trujillo, utilizando variedades importadas desde Estados Unidos. El gran salto tecnológico llegó en los años 60 con la misión agrícola de Taiwán, que introdujo investigación genética y nuevas variedades como la Juma 57, que dominó el mercado por más de dos décadas por su alto rendimiento y sabor.

Espaillat destacó el aporte de empresas locales como Prosequisa, cuyas variedades mejoraron el rendimiento y permitieron una segunda cosecha rentable gracias al buen retoño. Desde 2007 se sumaron materiales desarrollados para controlar malezas y arroz rojo, y posteriormente llegaron variedades del Flar en Colombia con mayor resistencia y ciclos más cortos. Actualmente existen entre cinco y seis empresas certificadoras de semilla en el país, lo que ha diversificado la oferta y fortalecido el sector.

El ingeniero explicó que la mecanización ha sido clave para sostener la competitividad ante la escasez creciente de mano de obra tras la pandemia de 2020. Mencionó la evolución desde las primeras cosechadoras en los años 70 —que inicialmente generaron resistencia por temor a desplazar empleos— hasta el uso moderno de drones, tractores con sistemas láser y maquinaria especializada para nivelación, control de malezas y preparación de terrenos.

Espaillat presentó imágenes de sus operaciones actuales, donde aplica una gestión casi completamente mecanizada. Explicó que la nivelación con láser permite un uso más eficiente del agua, mejor control de malezas y mayor productividad. Detalló procesos como la limpieza de drenajes, el uso de rotovator en seco, la formación de muros compactados, el ajuste final con retroexcavadoras pequeñas y la aplicación de herbicidas con drones capaces de cubrir 100 tareas en solo cuatro horas.

Según señaló, uno de los factores más importantes para garantizar altas productividades es la preparación del terreno con meses de anticipación. En su caso, decidió no realizar la segunda cosecha para dedicar ese período a mejorar suelos, controlar malezas y reducir prácticamente a cero la presencia de arroz rojo, lo que permitirá mejores resultados en la siguiente siembra.

El especialista recomendó que los productores realicen estas mejoras cada cuatro o cinco años para mantener la eficiencia y disminuir la necesidad de mano de obra manual o trasplante. Concluyó señalando que la mecanización no busca desplazar trabajadores, sino asegurar que el país pueda producir más arroz, reducir importaciones y eventualmente aumentar su capacidad exportadora.