En memoria y homenaje del Dr. William Salim Jana Tactuk

(Escrito por la doctora Ana Robles)

Este es un momento que nunca creí poder vivir: despedir en su paso al mas allá eterno a mi Maestro, Compadre, Amigo, Confidente, Orientador, Sostén en las dificultades y Luz resplandeciente en mis momentos de turbación: el Doctor William Salim Jana Tactuk.
Republica Dominicana esta huérfana de uno de sus hijos mas preclaros en el área medica y uno de sus paladines mas denodados en la defensa de los mejores intereses del pueblo llano, de los que menos tienen, del bien común.
Durante sus 85 años en este valle de lágrimas derrocho talento y competencias muy por encima del promedio en las aulas del Colegio Dominicano de la Salle y de la Universidad de Santo Domingo. Recibió la mas sofisticada formación en Medicina interna, Cardiología y Reumatología en una de las Catedrales mas sofisticadas de la Medicina Norteamericana Cleveland Clinic Ohio.
En vez de envejecer cómodamente entregando sus mejores años a la vida muelle
que le proporcionaba su posición de Jefe de medicina del Faierview Park Hospital de Cleveland, como correspondía y han hecho muchos, este hijo de Sirio y Libanesa, que se sentía mas dominicano que el merengue, retorno a su país durante los violentos y difíciles 12 años del Doctor Balaguer para impulsar la modernidad de la practica medica y el proceso democrático de su amada patria en uno de sus momentos mas delicados y decisivos.
Y el resto es historia por todos conocida y vivida: catedrático en INTEC, en la UNPHU, jefe de Servicio de Reumatología del Hospital Salvador Gautier. Medico fundamental, indispensable y entrañable en su consulta de la Clínica Gómez Patiño para miles de dominicanos de todos los niveles sociales que buscaban su talento de terapeuta cada día durante mas de cinco décadas. Orientador, protector e impulsor de los hombres de estado que le dieron forma a la balbuceante democracia dominicana. Opinador consuetudinario en radio y televisión, llevando la verdad fresca, comprensible, clara sobre todos los temas de la cotidianidad dominicana e internacional, con tino, sin pasión, con visión ecuménica, para unir y consolidar el espíritu nacional, haciéndonos un país cada vez mejor, cada vez mas desarrollado, cada vez mas alineado con las mejores corrientes que llevan al bien común y a la realización del ser humano.
Su verbo enérgico, original, propositivo, inquisidor, proactivo, prístino, salía a borbotones de su inteligencia poco común con la naturalidad del torrente indetenible que llega sin obstáculos al corazón del dominicano común que valoraba sobremanera su bonhomía, su defensa de las causas mas nobles, su empuje constante por el avance humano, tecnológico y espiritual de nuestro ser nacional.
Compadre querido, William Salim inolvidable, seguirás entre nosotros como guia espiritual, referente profesional y patrón a imitar por estas y las venideras generaciones de galenos y ciudadanos dominicanos que abrevaran por siempre de tu ejemplo inmaculado, haciendo de tu memoria una bendición que nos acompañara mientras vivamos y mas allá.
Descansa en paz William querido….