El problema fronterizo, fuera de lo coyuntural

Comentario del ingeniero José Israel Cuello:

La tensión fronteriza que existe hoy entre la RD y Haití es hija única
y legítima de un desarrollo desigual entre las dos naciones que
precipita aspectos de integración ineludibles, porque el hambre no
espera para mañana.
Cuando murió Trujillo, gobernaba Haiti F. Duvalier y en PIB de
las dos naciones era semejante a pesar del emporio industrial y
agrícola de Trujillo que con su muerte inició la dispersión, con ligera
ventaja del lado haitiano, que por demás ya avanzaba en las Zonas
Francas y el Turismo, desde antes de Duvalier, quien inició la
involución haitiana con el cierre de la Universidad de Puerto Príncipe,
cuyos talentos se dispersaron para siempre en el Montreal canadiense
y en el Senegal africano, donde se arraigaron hasta hoy.
La RD de hoy puede reducir la presión del hambre haitiana y de
la desorganización del precario tejido social que de más en más se
disuelve y ha llegado a la dispersión del orden institucional que alguna
vez existió.
A la RD le queda orientar la diáspora haitiana hacia otros
destinos, flujo que ya emplea de por sí su penetración con precarias
orientaciones hacia otros destinos que van hasta Chile y de allí a otras
partes, llegando a cruzar desde ese país, a pies hasta los EU cuyo
desempleo en casi 0 atrae a su seno personas de todo el mundo, y, ni
hablar de las yolas locales que van y vienen con libertad consolidada
desde la parte oriental de la isla a Puerto Rico junto a la permanente
emigración por la misma ruta y desde la misma isla a territorio yanqui y
de ahí a la meca del territorio firme.
Qué nos queda que no sea eludir la realidad pensando que el
muro que no funcionó en Berlín da resultados distintos a lo que allí
terminó siendo, su desplome tan rápido como su erección de la noche
a la mañana, cuando el desarrollo fronterizo es una contención
adecuada: ………