Educación, Salud y Vivienda para todos

Comentario de José Israel Cuello:

Una sociedad democrática no es posible construirla hoy si la sociedad no asume tres responsabilidades básicas Ellas son: Educación, Salud y Vivienda.

Es una vergüenza que en muchos países, y en muchos sectores productivos de nuestro propio pueblo, se críen pollos y cerdos, se ordeñen vacas y críen con cuidados de salud y habitáculos concebidos con criterios más rigurosos que los orientan hacia el factor humano de la producción.

Y es lógico que haya expectativas ante el lanzamiento de un programa de subsidios en proyectos de urbanización y viviendas que anuncia el gobierno.

La experiencia es larga al respecto, desde las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, que llegaron a tener mayor capacidad de captación de recursos que habilidad para la colocación de los mismos; cosa que está pasando con el sistema de pensiones, copiado de Chile, donde hizo aguas recientemente y se está desmantelando con requerimientos de devolución de ahorros, que también se copia desde aquí, sin éxitos hasta ahora,=.

Por ello lo primero es recordar los éxitos y fracasos de iniciativas del mismo tipo que se desarrollaron en gobiernos anteriores entre los cuales Invivienda, de Jorge Blanco y el Proyecto Aguayo de don Antonio destacan por la frustración que significaron, uno por algo y otro por cosas distintas pero por las ruinas se conocerán.

La intervención del Estado en estos mecanismos siempre debe verse con reservas, en primer lugar por las distorsiones que genera en el mercado, provocando que los desplazados vendan a precio vil y vuelvan a los arrabales las viviendas que con criterio de saneamiento urbanístico se construyeron en el régimen inicial de Balaguer, particularmente.

Lo que hoy se propone corrige en mucho la posibilidad de que esos resultados se reiteren, pero pueden aparecer muchas sorpresas ocultas en los pliegues del deseo sobre los criterios racionales.

Se aspira a asentar con dignidad a 62 mil familias, unas 310 mil personas, en cuatro años; buena meta, pero no se indica claro la composición del compromiso público-privado que conlleva, donde es de pensar que el Estado pondrá las tierras, porque todavía tiene muchas de las que Trujillo concentró en sus manos para los fines de sus propios negocios.

También se cantaletea que se mantendrán los subisidios a la primera vivienda en el pago inicial, que se descubrieron con éxito en los gobiernos peledeístas.

A ellos se agregan ahora los subsidios Familiar, por la cantidad de componentes de las familias, y las Tasas, que podrían tener, ambos, una vocación peligrosísima para descomponer el sistema de tasas financieras semejantes en todos los niveles.

Puede pensarse que las hipotecas no las va a manejar el INVI, a quien se pretende graduar como ministerio sin saber leer todavía.

Lo adecuado es vender las hipotecas a los sectores financieros, ahora ahítos de recursos como consecuencia de una pandemia cuyo tratamiento ha corrido por cuenta de la emisión monetaria más que del sistema médico.

O, de las vacunas, que ni llegan.

También deben ofertarse directamente a los Fondos de Pensiones, para garantizarles un rendimiento adecuado, a los fines de que la pensión acumulada por el ahorrante forzado sea más próxima a la necesidad de una pensión con qué sobrevivir.

Por último, las empresas organizadas y calificadas, y no las rifas, de las cuales se conocen los resultados, podrían licitar para meterse en el lío con menos riesgos.