Discriminación social en la clase empresarial dominicana

Julio Hazim arroja luz sobre la discriminación existente en la clase empresarial dominicana. Según sus palabras, la selectividad no se limita a la esfera política, sino que se extiende a cuestiones sociales y económicas.

Hazim comienza por recordar una época en la que algunos dominicanos regresaban con dinero fruto de negocios ilícitos en Estados Unidos. En aquel entonces, la falta de leyes antilavado permitía a estos individuos invertir su dinero en propiedades y préstamos sin restricciones. Sin embargo, la llegada de la superintendencia en los años 90 llevó a la caída de muchos, evidenciando su falta de conocimiento en temas financieros.

Destaca la peculiaridad de esta clase empresarial: mientras los bancos deseaban su dinero, no querían a estos individuos. Esta actitud, según Hazim, revela una discriminación basada en la fortuna y el estatus social. Aunque inicialmente se perciba como una oligarquía, Hazim argumenta que es más una clase social que comparte intereses y se asimila cuando alcanza cierto estatus.

La selectividad, según Hazim, no se limita a lo financiero. En las urbanizaciones, la discriminación se manifiesta en la elección de residentes. No se permiten viviendas de más de tres pisos, y se filtra a quienes pueden ingresar basándose en criterios como la clase social, origen y hasta la raza.

Hazim sostiene que la discriminación es principalmente social, relacionada con el origen de la fortuna. Aunque se discrimina a los pobres, también existe un filtro hacia individuos de origen social importante que, a pesar de tener acceso, no son asimilados completamente.

Concluye destacando la existencia de discriminación hacia aquellos que adquirieron riqueza a través de la política. Estos individuos, aunque identificados con ciertos sectores, no siempre son asimilados en los círculos empresariales de éxito. Hazim argumenta que existe una creencia errónea entre algunos de que el valor de una persona está intrínsecamente ligado a su fortuna, lo que lleva a una devaluación de aquellos que no comparten su mismo estatus.