Banco Agrícola cumple 80 años; Ramón Santos y Julio Hazim reflexionan sobre su rol histórico y desafíos actuales
En el marco del 80 aniversario del Banco Agrícola de la República Dominicana, el comentarista Julio Hazim y el exadministrador de la entidad, Ramón Santos Pérez, sostuvieron una profunda conversación sobre la trayectoria, misión y evolución de esta institución clave para el desarrollo del sector agropecuario nacional.
Durante el espacio de “Comentario Agropecuario”, Hazim recordó que el actual administrador del banco fue designado por el presidente Luis Abinader al inicio de su mandato en 2020. Asimismo, destacó que en 1986, tras el retorno al poder de Joaquín Balaguer, fueron designados Pedro Bretón y Ramón Santos como administradores del Banco Agrícola, en una etapa que coincidió con los primeros años de la llamada “década perdida” en América Latina.
Santos, con su experiencia directa, hizo un recuento de los cambios estructurales que ha vivido el sistema financiero agrícola desde la instauración del libre comercio y las políticas de apertura económica. Afirmó que estas medidas desprotegieron especialmente al pequeño productor dominicano frente a competidores internacionales con mayores recursos y tecnología.
“El Banco Agrícola fue bien concebido. Trujillo, con todos sus excesos, entendía el valor de una institución crediticia que preparara al país como una finca productiva”, señaló Santos. Añadió que, aunque en su momento Trujillo utilizó el banco con fines de control, también impulsó la tecnificación y preparación de personal agrícola, un modelo que luego fue descontinuado.
Santos recordó el programa “Promefrín”, orientado a abastecer a los mayoristas y pequeños comerciantes de productos agroalimentarios con calidad e inocuidad, permitiendo a las familias comprar directamente en cantidades importantes, como sacos de arroz, una práctica que aún persiste.
En cuanto al presente, el exfuncionario sostuvo que el Banco Agrícola debe preservar su rol original como banca especializada y evitar las limitaciones impuestas por las normativas de la banca comercial convencional. Planteó que, con mayor capitalización o mediante la recuperación eficiente de la cartera actual, el banco podría tener un impacto aún más significativo en la sostenibilidad del campo dominicano.
Santos enfatizó también la necesidad de que el Estado siga garantizando préstamos para los productores más pequeños, muchos de los cuales no califican ante la banca tradicional. En ese sentido, resaltó que existen fondos internacionales para países pobres que podrían ser aprovechados, algunos de ellos incluso no reembolsables si cumplen con objetivos ambientales o sociales.
Finalmente, señaló que aunque el perfil del productor agrícola ha cambiado —y hoy es posible hacer rentable una finca pequeña mediante tecnología como los invernaderos—, se requiere acompañamiento técnico y financiero constante. “No es lo mismo un productor de 1,000 hectáreas en Estados Unidos que uno con 16 tareas en República Dominicana. El apoyo tiene que ser proporcional a esa realidad”, concluyó.

