Andrés Terrero: “La debida diligencia debe aplicarse en todo — desde el Estado hasta los negocios personales”

Andrés Terrero dedicó su intervención en La Revista 110 al tema de la debida diligencia, destacando su importancia tanto en el ámbito público como en el privado, especialmente ante los recientes casos de funcionarios dominicanos investigados por agencias internacionales.

“Esto no solo habla de los gobiernos, habla de las personas. La debida diligencia es fundamental: hay que conocer a quien se nombra, con quien se hace negocios y hasta con quien uno se retrata”, señaló Terrero.

El analista explicó que la falta de investigación previa sobre las personas que ocupan posiciones de poder o manejan recursos públicos puede generar daños reputacionales y legales al Estado.

“No se trata de desconfiar de todos, sino de prevenir. Hay que saber con quién se está tratando, igual que en el mundo empresarial cuando se aplica el principio de Know Your Customer”, afirmó.

Terrero advirtió que los riesgos no se limitan al sector público: cualquier ciudadano puede verse comprometido si realiza transacciones con individuos vinculados a actividades ilícitas. Recomendó, por tanto, verificar antecedentes en la Procuraduría, usar fuentes abiertas y documentar toda operación.

“Cuando un pago se hace en efectivo o en condiciones poco claras, hay que reportarlo. Eso es protegerse legalmente. La gente cree que eso solo aplica a bancos, pero es responsabilidad de todos”, enfatizó.

Durante la conversación, se compartieron experiencias sobre cómo detectar señales de alerta, como pagos desproporcionados, operaciones en efectivo o conductas ostentosas sin justificación.

“Si un vecino está metido en cosas raras, eso afecta hasta el valor de tu casa. La debida diligencia no es solo legal, es de convivencia”, advirtió Terrero.

Finalmente, el comunicador llamó a las autoridades a institucionalizar la cultura de la prevención, aplicando mecanismos de verificación antes de cada nombramiento o contrato estatal.

“La debida diligencia es la primera línea de defensa contra la corrupción y el crimen organizado. Evita escándalos, protege la imagen del país y fomenta la confianza en las instituciones”, concluyó.