Julio Hazim analiza el poder político, la justicia y el trato desigual hacia los comerciantes chinos en República Dominicana

Julio Hazim abordó temas cruciales sobre la justicia, el ejercicio del poder político y las desigualdades en la aplicación de la ley, refiriéndose tanto a la estructura judicial dominicana como al trato diferenciado hacia los comerciantes chinos establecidos en el país.

Hazim inició su análisis destacando la dificultad de ejercer una gestión pública “justa y legal” en un entorno donde los intereses políticos condicionan la independencia institucional. Cuestionó el reciente comportamiento del Consejo Nacional de la Magistratura, al que atribuyó decisiones influenciadas por conveniencias políticas, señalando como ejemplo la destitución de jueces de la Suprema Corte con el voto de un excompañero, hoy presidente del Tribunal Constitucional.

“Eso no tiene explicación… fue una atrocidad jurídica y moral”, expresó Hazim, aludiendo al debilitamiento de la credibilidad del sistema judicial.

Posteriormente, el comunicador abordó el tema del trato desigual a los comerciantes chinos, denunciando presuntas irregularidades que, según explicó, se han mantenido desde gobiernos anteriores hasta el actual.

“Existen negocios que operan sin permisos, sin pagar impuestos, con trabajadores ilegales y sin control sanitario o fiscal. Mientras a los comerciantes dominicanos se les exige todo, a otros se les permite todo”, afirmó.

Hazim narró su propia experiencia en establecimientos del centro de Santo Domingo, donde —dijo— observó condiciones laborales precarias, incumplimiento tributario y prácticas que distorsionan la competencia comercial.

“Esto no es casual. Tiene que haber alguien que apadrina esa permisividad. Ningún país puede sostenerse si unos cumplen la ley y otros no”, enfatizó.

El analista concluyó su exposición con un llamado a la autoridad moral y política del Estado, invitando a revisar los acuerdos comerciales y las políticas de supervisión económica.

“No se trata de perseguir a nadie, sino de exigir las mismas reglas para todos. Solo así podremos hablar de justicia verdadera y de una República Dominicana equilibrada en derechos y deberes.”