Yunior Espinosa: “A 62 años del golpe a Juan Bosch, la República Dominicana sigue estancada”

Yunior Espinosa recordó este 25 de septiembre los 62 años del golpe de Estado contra el profesor Juan Bosch, advirtiendo que aquel hecho significó mucho más que la destitución de un presidente: fue un atentado contra la voluntad popular, la naciente democracia dominicana y un proyecto de nación plasmado en la Constitución progresista de abril de 1963.

Espinosa subrayó que tras ese episodio el país entró en una etapa marcada por la intervención militar estadounidense de 1965 y los doce años de gobiernos conservadores de Joaquín Balaguer, durante los cuales se limitaron las libertades públicas y se frenó el desarrollo institucional. A su juicio, desde 1966 hasta la actualidad, la nación ha estado dominada por solo dos corrientes políticas: el reformismo de Balaguer y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), surgido como una escisión del PRD, sumando más de 40 años en el poder sin resolver los problemas estructurales del país.

El analista advirtió que el presidente Luis Abinader corre el riesgo de repetir ese patrón. Señaló que, a pesar de la expectativa generada en 2020, su segundo mandato se percibe estancado y sin soluciones de fondo a los grandes desafíos nacionales, entre ellos el pacto fiscal contemplado en la Estrategia Nacional de Desarrollo. Espinosa criticó que, a un año del intento fallido de reforma tributaria, el país siga sin avances en este tema, lo que incrementa el endeudamiento y compromete el futuro económico.

Asimismo, planteó que Abinader debería aprovechar su imposibilidad de reelegirse para convocar un gran diálogo nacional que permita encaminar soluciones en materia de agua, educación, energía y servicios básicos, de cara al bicentenario de la independencia dominicana en 2044. “Sería lamentable —dijo— llegar a los 200 años de la República sin haber resuelto ninguno de los problemas fundamentales”.

Espinosa también se refirió a la Asamblea General de la ONU, criticando su ineficacia y lamentando que el presidente dominicano haya limitado sus intervenciones al tema haitiano, sin pronunciarse sobre conflictos globales como la guerra en Gaza. Consideró que la situación en Haití, lejos de resolverse con tropas extranjeras, terminará incrementando la presión migratoria sobre la República Dominicana, y sostuvo que, aunque polémico, se debe contemplar un diálogo directo con quienes hoy controlan el territorio haitiano.