Michael Hazim analiza: Nearshoring, semiconductores y el futuro económico de República Dominicana
Michael Hazim destacó la importancia estratégica del viaje del presidente Luis Abinader a San José, California, donde este 20 de noviembre participa en la cena anual de la industria global de semiconductores, un evento clave en el corazón de Silicon Valley. Según explicó, la invitación reconoce los avances de República Dominicana en la Estrategia Nacional de Semiconductores, una apuesta para insertar al país en una de las cadenas productivas más valiosas y sensibles del mundo.
Hazim recordó que la pandemia reveló la vulnerabilidad del suministro global de chips, al quedar gran parte de la manufactura concentrada en Asia. Estados Unidos respondió impulsando nuevas fábricas en su territorio —una de ellas, valorada en más de 40 mil millones de dólares— y fortaleciendo políticas como el nearshoring y el friendshoring, que priorizan a países cercanos y aliados políticos como suplidores confiables. En ese rediseño, República Dominicana fue identificada como socio ideal para ejecutar las etapas de testing, ensamblaje y empaque de semiconductores, actividades de alto valor agregado que requieren personal técnico calificado.
El análisis subraya que tanto el gobierno como el sector privado dominicano ya se están preparando con entrenamiento, adecuación industrial y búsqueda de financiamiento para asumir esta nueva industria. A esto se suma la reciente eliminación de aranceles por parte de la administración estadounidense, una decisión que incluye los semiconductores y que, según Hazim, confirma que el país “ya está adentro” de la cadena global.
Hazim señala que el impacto potencial es significativo: más empleos, más exportaciones, mayor diversificación económica y menor dependencia de sectores tradicionales. Asegura que, al igual que en el turismo o las zonas francas, la industria dominicana necesita actualizarse constantemente para sostener su crecimiento y evitar depender de un único motor económico.
El comentarista también conectó este avance con el debate nacional sobre reformas estructurales, como la indexación salarial y la futura reforma fiscal. Aunque reconoce el carácter político que suelen adquirir estos temas, afirmó que son discusiones inevitables para garantizar estabilidad a largo plazo.
Finalmente, destacó que el proceso no es un logro partidista, sino un proyecto país que requiere continuidad, visión de largo plazo y una estrategia que permita sostener el ritmo de crecimiento en un entorno global cada vez más competitivo.

