Malas gestiones, conflictos internos y cambios tecnológicos llevan a la quiebra a clínicas privadas, advierte Gustavo Güílamo

El especialista en salud y administración hospitalaria, doctor Gustavo Güílamo, advirtió que la quiebra progresiva de clínicas privadas en la República Dominicana no se debe únicamente a las bajas tarifas impuestas por el sistema de seguridad social, sino a profundas fallas estructurales en su administración, conflictos internos entre accionistas médicos, y la falta de adaptación a los cambios tecnológicos y fiscales.

Durante su participación en un programa de análisis, Güílamo señaló que muchas clínicas tradicionales no supieron ajustarse al nuevo modelo impuesto por la Ley de Seguridad Social, y que el rechazo inicial a las reformas dejó fuera de competencia a centros que operaban bajo esquemas obsoletos. “El que no se adaptó, se quedó atrás. Hoy, muchas clínicas no pudieron sobrevivir la transición hacia la facturación organizada, la retención de impuestos, ni al manejo de volúmenes bajo tarifas reguladas”, subrayó.

El experto citó ejemplos concretos como el cierre del Centro Médico Dominicano, la Clínica San Rafael, San Martín, Las Mercedes y Betances, todas arrastradas por deudas millonarias, falta de liderazgo gerencial y rivalidades entre sus socios. Indicó que médicos sin formación en administración han dirigido centros de salud como si fueran extensiones personales, ignorando principios básicos de gestión empresarial. “Tener grandes especialistas no garantiza una buena administración. Muchos médicos terminan haciendo jaraquiri empresarial al referir estudios fuera de su propia clínica, debilitando la facturación del centro donde laboran”, explicó.

Güílamo también apuntó que una gran amenaza para las clínicas privadas es la inminente eficiencia del sistema público de salud, con hospitales como el Luis Eduardo Aybar o la Ciudad Sanitaria que cuentan con equipos de última generación y una capacidad de inversión inalcanzable para el sector privado local. “Cuando la red pública funcione a toda capacidad, veremos una avalancha de cierres en el sector privado”, vaticinó.

Asimismo, denunció que muchos médicos socios priorizan intereses individuales, instalando negocios paralelos en las cercanías de sus propias clínicas, lo que fragmenta la estructura del servicio y reduce la sostenibilidad financiera. También criticó la ilusión de replicar modelos “premium” en un país donde más del 80 % de los trabajadores gana menos de 30 mil pesos mensuales. “No todos pueden aspirar al modelo de Piantini. El mercado no lo soporta”.

Finalmente, hizo un llamado urgente a profesionalizar la gestión médica, replantear el rol de las clínicas en el sistema de salud y revisar los protocolos de servicio para evitar desperdicios, sobrefacturación y mala planificación. “No es solo un tema de tarifas, es una crisis de modelo de negocio y visión institucional”, concluyó.