Debaten sobre la necesidad de depurar a militantes y financiadores en los partidos políticos dominicanos

Durante un acalorado intercambio en La Revista 110, los comentaristas Yunior Espinosa, Andrés Terrero y Michael Hazim coincidieron en que los partidos políticos dominicanos deben asumir la obligación moral y ética de depurar tanto a sus militantes como a sus financiadores, ante los reiterados casos de figuras vinculadas a actividades ilícitas que han alcanzado posiciones de poder.

El debate surgió tras conocerse que un asesor en materia de zonas francas, vinculado al Gobierno, estaría siendo requerido por autoridades de Estados Unidos, lo que reavivó las críticas a los mecanismos de selección interna en las organizaciones políticas.

“Legalmente los partidos no son sujetos obligados, pero moralmente sí lo son. Como usted maneje su partido, manejará el Estado”, expresó Yunior Espinosa, quien advirtió que la falta de supervisión interna ha permitido que personas ligadas al narcotráfico, la corrupción o la evasión fiscal penetren las estructuras partidarias.

El comentarista destacó que muchos de los señalados no solo financian campañas, sino que luego exigen candidaturas, aprovechando el poder económico para influir en las decisiones políticas.

“Los partidos abren las puertas sin depurar a nadie. Y después esas personas llegan a ser diputados, alcaldes o regidores. Es un problema de compromiso ético”, denunció.

Por su parte, Andrés Terrero sostuvo que el fenómeno trasciende al partido de gobierno y afecta a todas las principales fuerzas políticas del país, lo que genera un grave riesgo reputacional para la democracia dominicana.

“Aquí todo el mundo se conoce. En cada comunidad se sabe quién está en cosas raras. Entonces, ¿por qué siguen postulando a esas personas? Los partidos deben fijar perfiles y reglas claras para sus candidatos”, afirmó.

Los panelistas coincidieron en que los partidos deberían ser incluidos como “sujetos obligados” por ley, tal como lo propuso Yunior Espinosa en anteriores debates legislativos, para que rindan cuentas sobre el origen de sus fondos y la trayectoria de quienes aspiran a cargos públicos.

“Los partidos son el primer filtro de la ética política. Si ese cedazo falla, el país entero se contamina”, concluyó Julio Hazim.

El debate dejó sobre la mesa la urgencia de establecer protocolos de debida diligencia en las organizaciones políticas, no solo para preservar su imagen, sino para proteger la institucionalidad democrática ante el avance de prácticas ilícitas que, según los comentaristas, “ya no son casualidades, sino patrones repetidos”.