Ana Robles afirma que el estrés en el embarazo puede influir en la orientación: diferencias cerebrales, hormonas y neurodesarrollo
La neuróloga Ana Robles abordó en Revista 110 una amplia explicación sobre las diferencias estructurales entre el cerebro masculino y femenino, así como los factores biológicos que participan en el desarrollo de la orientación sexual. Sus declaraciones surgieron a propósito del debate público iniciado tras afirmaciones de un neurocirujano que sostuvo que “la homosexualidad no se nace, sino que se hace”.
Robles explicó que las primeras semanas de gestación son decisivas para el neurodesarrollo y para la determinación del sexo cerebral. Indicó que entre la tercera y la duodécima semana del embarazo se producen interacciones hormonales —especialmente relacionadas con la testosterona— que influyen en la diferenciación del cerebro. Señaló que episodios intensos de estrés en la madre pueden elevar los niveles de cortisol, hormona que, según dijo, interfiere en ese proceso.
La especialista citó investigaciones históricas relacionadas con contextos extremos, como guerras o crisis humanitarias, donde se observó un aumento en el nacimiento de varones homosexuales. Afirmó que tales datos se interpretan como una posible respuesta adaptativa de la naturaleza en momentos de alta vulnerabilidad social.
Robles también detalló diferencias estructurales entre cerebros de hombres y mujeres. Explicó que los varones presentan amígdala e hipotálamo de mayor tamaño, mientras que las mujeres poseen un hipocampo más desarrollado y mayor conectividad entre hemisferios cerebrales a través del cuerpo calloso. Atribuyó a estas variaciones biológicas diferencias en memoria, lenguaje, toma de decisiones y procesamiento emocional.
Durante la entrevista, la neuróloga además mencionó factores asociados al envejecimiento y al equilibrio corporal en adultos mayores, así como hábitos que, según afirmó, protegen el cerebro y disminuyen la pérdida neuronal, incluyendo actividad física, estimulación cognitiva, alimentación saludable y determinadas prácticas que, dijo, activan áreas específicas del sistema límbico.

