Julio Hazim: “Un presidente necesita estructura, discurso y mucho dinero; no basta con ser bonito”

Julio Hazim abordó con tono crítico y analítico las cualidades indispensables que debe poseer un presidente en la República Dominicana, dejando claro que la realidad política trasciende los requisitos formales establecidos por la Constitución.

Hazim recordó que, legalmente, cualquier dominicano mayor de 25 años, en pleno uso de sus facultades y sin antecedentes penales, puede aspirar a la Presidencia. Sin embargo, afirmó que la verdadera carrera por el poder exige mucho más: estructura partidaria nacional, un discurso sólido, recursos económicos considerables y una red de apoyo que garantice viabilidad política.

“Si usted dice que es independiente y no tiene estructura, no va a dar ni dos pasos”, sentenció Hazim, asegurando que la figura del candidato aislado está condenada al fracaso en un sistema político que gira alrededor de los partidos. Para él, la legitimidad de una candidatura no solo se mide en popularidad, sino en la capacidad organizativa a nivel nacional.

Además, advirtió sobre el error de considerar el carisma físico como atributo político: “Eso de que tiene que ser bonito para atraer el voto femenino es una ridiculez. Las mujeres ya saben diferenciar entre una cara bonita y alguien capaz de dirigir una nación”.

Hazim subrayó también el rol central del dinero en las campañas electorales dominicanas. A su juicio, hoy en día la Presidencia se ha convertido en una “mercancía” que requiere inversiones millonarias: “Un candidato no quiebra, quiebra la candidatura. Hay que tener dinero para estructura, activistas, actividades y el día de las elecciones. Cada vez se necesita más”.

El comunicador no dejó fuera los vínculos entre candidatos y sectores empresariales, mencionando que muchos empresarios actúan como “mecenas”, “socios silenciosos” o “calculadores pragmáticos” que apuestan a varios aspirantes al mismo tiempo, en función de encuestas o señales políticas desde el extranjero. Citó nombres de influyentes empresarios y antiguos financistas de campañas, incluyendo figuras polémicas del pasado y del presente.

Hazim concluyó con una advertencia: “Los partidos ofrecen protección, contratos, cargos, hasta exoneraciones. Pero los ricos no se hacen socios de los políticos, ni los políticos quieren ser socios de los ricos… lo que quieren es su dinero”.