Espaillat pide al cónsul restablecer en sede consular Salón de la Fama Casandra Damirón fundado por Normandía Maldonado

Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK._ El congresista Adriano Espaillat pidió el sábado al cónsul general
Eligio Jáquez restablecer en la sede consular el Salón de la Fama Casandra Damirón
fundado por la fallecida folklorista Normandía Maldonado, hablando durante el acto en
el que se bautizó la oficina de correos de la calle 165 en el Alto Manhattan con el
nombre de la más destacada propulsora de la cultura dominicana en la diáspora que
murió el 8 de febrero 2018 por complicaciones de salud que le agravaron también el
Mal de Alzheimer que la afectaba por años.
Antes de su muerte allegados a la familia dijeron que el desmantelamiento del museo
contribuyó a agravar su salud.
Fue bautizada por la comunidad como la embajadora de la cultura dominicana en los
Estados Unidos.
“Ella fue un gran tesoro”, dijo Espaillat en su discurso central del acto celebrado en el
parque Mackenna Square situado en el centro de la calle en la que también está la
iglesia Santa Rosa de Lima, donde Maldonado entrenaba a los miembros del Ballet
Folklórico Quisqueya, el primero formado en Nueva York y que fundó en 1967.
“Ella fue la protagonista del salón de la fama Casandra Damirón que lo debemos de
rescatar y poner de nuevo en el consulado dominicano donde merece estar”, dijo el
congresista.
“Le hacemos un pedido al cónsul general que considere restablecer el salón de la fama,
donde debe de estar, en un sitio digno”, solicitó Espaillat a Jáquez.
Recordó que Maldonado que en la iglesia Santa Rosa de Lima, ella tenía a sus jóvenes
allí que practicaban danzas con el Ballet Folklórico Quisqueya, también fue fundadora
del desfile dominicano y otras instituciones que proyectaron la cultura, el folklor y las
tradiciones históricas de la República Dominicana.
El congresista fue aplaudido prolongadamente cuando hizo el pedido al cónsul por la
multitud presente en la actividad.
Mientras tanto, las fotografías de parte de las figuras dominicanas más célebres del arte,
el espectáculo, la escultura, la comunicación, el folklor y otras áreas que colgaban de

una de las paredes en el salón principal del consulado, descansan tiradas en cajas de
cartón en algún rincón de las instalaciones de la sede consular.
La galería fue desmantelada en la gestión del cónsul del PLD Carlos Castillo, quien fue
sustituido por Jáquez hará un año este 16 de agosto.
Castillo envió una carta al Ministerio de Cultura pidiendo que el museo fuera
reinstalado en el Comisionado Dominicano de Cultura (CODOCUL) en la calle 145 en
el Alto Manhattan, pero antes de entregar la sede, no recibió ninguna respuesta de su
antecesor, Eduardo Selman a quien él sustituyó al frente del consulado general, pero
instaló un museo virtual con las mismas imágenes.
En la pared se desvelaban las fotos de las figuras escogidas por un panel por sus
trayectorias y aportes al arte y la cultura del país y en cada ceremonia, Maldonado
siempre estuvo presente excepto cuando su condición de salud se lo impedía.
Los rostros de Fernando Villalona, Joseito Mateo, Johnny Pacheco, Luis Kalaff, Rafael
Solano, Alberto Beltrán, Cuco Valoy, Fernando Casado, Sonia Silvestre, Niní Caffaro,
Fernando Casado, Rafael Sánchez Cesteros, Luis Rojas Duran, Floralba del Monte,
María Rosa Almanzar (Sirita) Josefina Miniño, Papa Molina, René Carrasco, Luchy
Vicioso, Sergio Vargas, Hilda Saldaña, Reginaldo Atanay, Frank Adolfo, Roberto
Gerónimo, Primitivo Santos, Humberto Olivieras, Alberto Beltrán, Vickiana, Nazario
Brea, Janyll, Elenita Santos, César Romero, Bienvenido y Doña Tilcia Brens, Mimín de
la Cruz, Pedro Pérez Vargas y Franklyn Domínguez, entre muchas otras figuras.
El museo, inaugurado por Normandía en 1982, fue parte de la controversia por el
nombre de Casandra Damirón, cuando la familia de la folklorista, reclamó a
ACROARTE y a la Cervecería Nacional Dominicana que no podía seguir usándolo en
los premios “Casandra”, por lo que la entidad de cronistas y la empresa cervecera
tuvieron que cambiarlo por “El Soberano”.
Aunque la polémica salpicó el salón de la fama en Nueva York, el cónsul Castillo nunca
invocó ese argumento para desmantelar la galería que reunía 70 fotografías.
Se explicó entonces que las fotos fueron desmontadas y guardadas en las cajas debido a
la remodelación de las instalaciones consulares que se iniciaron la gestión de Castillo.