Gustavo Güílamo advierte sobre el abuso de antibióticos y el aumento de la resistencia antimicrobiana

El especialista en seguridad social Gustavo Güílamo alertó sobre el grave riesgo que representa el uso indiscriminado de antibióticos en República Dominicana, una práctica que —según afirma— lleva décadas sin control y que hoy contribuye al aumento acelerado de la resistencia antimicrobiana. Durante su exposición, recordó que desde hace años advierte sobre este fenómeno, que ya provoca más de un millón de muertes al año en el mundo, de acuerdo con estimaciones de organismos internacionales.
Güílamo explicó que la resistencia antimicrobiana ocurre cuando los antibióticos dejan de ser efectivos para combatir microorganismos, lo que complica el tratamiento de infecciones, especialmente en cirugías, unidades de cuidados intensivos y entornos hospitalarios donde el riesgo es mayor. Señaló que estudios globales revelan que alrededor del 40% de las muestras analizadas en más de 100 países muestran resistencia a tratamientos habituales.
Criticó el abuso generalizado del uso de antibióticos por parte de médicos, pacientes y farmacias, incluyendo su prescripción en cirugías limpias y procedimientos dentales donde no existe infección. A esto se suma la automedicación, el incumplimiento de los tiempos de tratamiento y la venta sin receta, prácticas que fortalecen la resistencia bacteriana. Güílamo advirtió que el país no cuenta con campañas preventivas sostenidas y que las autoridades de salud no han implementado controles efectivos durante los últimos 20 o 30 años.
El experto también llamó la atención sobre el uso de medicamentos inyectables fuera de centros hospitalarios, señalando que se trata de prácticas riesgosas tanto para el paciente como para las clínicas, pues muchas veces no queda registro formal de las sustancias administradas, lo que puede derivar en conflictos médico-legales en caso de reacciones adversas.
Güílamo sostuvo que la venta de antibióticos debería controlarse mediante receta médica, tal como ocurre con otros fármacos regulados, y enfatizó que las farmacias obtienen miles de millones de pesos al año por ventas sin supervisión. Planteó además que el sector debe prepararse para un uso racional de medicamentos genéricos y biosimilares, con modelos que permitan al paciente acceder a alternativas seguras y certificadas, pagando solo la diferencia si desea una marca específica.
El analista concluyó que el país necesita voluntad política y campañas educativas sólidas para enfrentar este problema, cuyo impacto compromete la seguridad de los tratamientos médicos, incrementa las infecciones intrahospitalarias y amenaza con reducir de manera crítica la eficacia de los antibióticos disponibles.