Santo Domingo creció

Santo Domingo ha crecido verticalmente, pero su infraestructura se deteriora. Los edificios en construcción dañan el asfalto, y los camiones pesados rompen calles sin reponerlas. El hormigón mal aplicado y los retazos agravan los hoyos, que se multiplican con la lluvia. La capital merece asfaltado, pero no hay fondos suficientes. El presidente tiene razón: el país ha progresado, pero ese progreso debe incluir responsabilidad urbana y una activa supervisión. Cada camión, cada edificio en construcción debe reparar lo que daña. Porque mientras la ciudad se eleva en torres, sus calles se hunden en abandono.