Toxicidad por aluminio: factor emergente en el abordaje del autismo, según experto

Fausto Hernández, fundador del Centro Educativo de Autismo, planteó una visión alternativa sobre los factores que inciden en el trastorno del espectro autista, señalando la toxicidad por aluminio como un elemento clave que debe ser considerado en el abordaje terapéutico.

Durante su intervención, Hernández explicó que investigaciones recientes en neuropsiquiatría, como las del Dr. Chris Palmer, apuntan a que muchos trastornos mentales —incluyendo el autismo— podrían tener origen en alteraciones metabólicas, particularmente en el metabolismo de la glucosa en el cerebro. Según detalló, la interrupción de los procesos de transporte de glucosa desde las células endoteliales hacia las neuronas puede estar relacionada con la acumulación de aluminio en zonas críticas como el hipocampo, lo cual afectaría funciones como la memoria y el reconocimiento.

“El primer paso en cualquier abordaje debe ser reducir la carga de aluminio en el cuerpo del niño”, afirmó Hernández, quien también hizo hincapié en la importancia de la alimentación como herramienta terapéutica. “Hay que comenzar por la nutrición, eliminar disruptores endocrinos como los aceites de semilla, y mejorar los niveles de vitamina D3”, añadió.

El experto también cuestionó la definición tradicional del autismo como un trastorno neurológico exclusivo, sugiriendo que muchas de sus manifestaciones podrían explicarse desde un enfoque metabólico y ambiental, más allá de lo puramente genético. Indicó, por ejemplo, que muchos niños diagnosticados eran verbales y perdieron el habla, y que una alta proporción de ellos nacieron por cesárea o fueron alimentados con fórmulas infantiles altas en metales pesados.

Al final de su exposición, Hernández subrayó que no busca reemplazar la opinión médica especializada, pero que sus observaciones surgen de la experiencia práctica y la revisión de estudios actuales. El equipo del programa aclaró que, aunque el expositor no es médico, sus aportes han sido valiosos para abrir el debate sobre nuevas perspectivas en el tratamiento del autismo.

“El autismo no se cura, pero puede abordarse con más efectividad si se considera su dimensión metabólica”, concluyó.