Ramón Santos: “El campo habla poco, pero produce mucho”

Ramón Santos afirmó que, pese a su bajo perfil mediático, el sector agrícola nacional sigue siendo uno de los pilares más sólidos de la economía dominicana, destacando que “el campo habla poco, pero produce mucho”.

Durante su participación en la Revista Agropecuaria Nacional, Santos resaltó el constante crecimiento de la producción nacional en rubros como la tilapia, el arroz, el plátano, el tomate industrial, el huevo y el pollo, reconociendo la eficiencia y compromiso de los productores, tanto del litoral costero como de las zonas interiores.

“El dominicano conoce al productor de cacao porque lo ve, pero no al pescador, que trabaja en horarios nocturnos o desde la madrugada. Eso ha dificultado su organización, a diferencia de los agricultores de zonas como San Juan, que planifican junto a las autoridades”, explicó.

Santos abordó también el bajo perfil de industrias clave como la del tomate para salsa, cuyos contratos directos con agricultores garantizan una cadena productiva estable, aunque poco visibilizada. “Aquí casi no se habla del tomate industrial, pero todas las casas consumen salsa. Es un ejemplo de una agroindustria silenciosa pero vital”, agregó.

En cuanto al panorama internacional, analizó cómo las recientes decisiones arancelarias del gobierno de EE. UU., especialmente bajo la administración Trump, han generado incertidumbre global, impactando la planificación de exportaciones e importaciones agrícolas. “La imposición de aranceles de hasta un 50% a productos de países como Brasil, Suiza, India y Taiwán está reconfigurando el comercio agroalimentario mundial”, advirtió.

Santos también comentó sobre el impacto de eventos climáticos extremos, como la ola de calor que afecta a Europa y Estados Unidos, y cómo fenómenos como la sequía y las plagas amenazan la seguridad alimentaria en regiones vulnerables como África Occidental.

Finalmente, valoró las iniciativas gubernamentales dominicanas de respaldo al campo, como la vacunación gratuita de ganado, el fortalecimiento del programa de sanidad animal, los subsidios a productores arroceros y el fomento a la agroexportación, particularmente del banano orgánico.

“La agropecuaria dominicana sigue creciendo sin hacer ruido. El productor dominicano no se dedica a figurar: se dedica a sembrar, cosechar y alimentar. Y eso merece todo nuestro respeto”, concluyó.