La Ingeniera Civil que vende Productos Orgánicos
Benita García, ingeniera civil y especialista en agricultura orgánica, ha encontrado una forma innovadora de combinar su formación técnica con su pasión por la sostenibilidad. Desde su formación inicial en ingeniería civil, Benita ha recorrido un camino que la llevó a especializarse en hidrología en Irlanda y, posteriormente, en ecología y medio ambiente. Su trayectoria la ha conducido a liderar iniciativas que promueven la agricultura orgánica, beneficiando tanto a pequeños productores como a consumidores conscientes.
“Es un placer poder llegar a tantas personas a través de este programa y compartir mi experiencia en la agricultura orgánica,” comentó Benita en una reciente entrevista. “Aunque no me considero una experta en agricultura orgánica, mi formación y experiencia me han permitido entender y promover prácticas agrícolas sostenibles.”
Benita explica que la producción orgánica de alimentos se basa en imitar procesos naturales y aplicar técnicas que minimicen los impactos negativos en recursos vitales como el aire, el agua y el suelo. “Actualmente, me dedico a la venta de productos orgánicos, pero en el pasado he estado involucrada en la producción, principalmente a través de proyectos demostrativos que buscaban mostrar la efectividad de diferentes abonos orgánicos producidos localmente.”
La ingeniera subraya que la producción orgánica no solo se trata de evitar pesticidas y fertilizantes químicos, sino de implementar un cambio estructural en la forma en que entendemos y valoramos nuestros alimentos y el entorno. “Es crucial buscar maneras de producir alimentos que sean amigables con el planeta. Producir comida mientras dañamos nuestros recursos naturales no garantiza una vida sostenible ni para nosotros ni para las futuras generaciones,” añade.
La demanda de productos orgánicos está en crecimiento, tanto a nivel mundial como local. Benita menciona que el consumo de estos productos crece entre un 20% y un 30% anualmente. Aunque aún queda mucho por hacer, especialmente en términos de certificación y acceso a mercados, ella ve un futuro prometedor para la agricultura orgánica en la República Dominicana y más allá.
En cuanto a los retos de equilibrar los costos de producción con la rentabilidad, Benita explica que la clave está en hacer que las fincas sean autosustentables, utilizando insumos biológicos y técnicas de reciclaje de nutrientes. “Por ejemplo, el aceite de nim, una planta originaria de la India, se utiliza como insumo biológico para controlar plagas en la agricultura orgánica,” detalla. “Estas prácticas permiten mantener la productividad sin recurrir a químicos dañinos.”